sábado, 7 de febrero de 2015

Como agrandar el pene

Está decidido, amor. No me harás cambiar de parecer, aunque te empeñes. No estoy pidiéndote opinión, no, sólo te aviso, para que no te pille de sorpresa. No hay marcha atrás, no me arrepiento: voy a mudar mi aspecto. Sí, seré materia cambiante, Como agrandar el pene, me acomplaré gustosa a tus deseos y pensamientos. ¿Te ries? ¿No me crees? Me alegra que lo tomes así. He experimentado ¿sabes? Y sé que puedo hacerlo.

Puedo ser tu alimento, el agua que refresca tu boca reseca, el aire que respiras y... hasta tus pensamientos. Sí, ese mismo que ahora se está asomando a tu cabeza, o ese otro que a veces te da miedo, el que te alegra o el que te entristece, el lascivo que enciende tu Como agrandar el pene.
Puedo ser la gatita mimosa, que ronronea confiada y segura en tu regazo, sintiendo tus largos dedos jugando con mi pelo; la perrita fiel y juguetona que sigue tus pasos por la casa, esperando ansiosa tus caricias.

Puedo ser música que inunda tus sentidos, que te llena de paz o de zozobra; y aroma: de espliego, rosas, jazmines o violetas. O cuadro, imagen que enamore tus pupilas. También dulzor de azúcar en tu boca, acidez del limón, chocolate que se deshace en un baño de saliva, o menta; y el sabor de las gotas de lluvia, o de las olas. Incluso puedo convertirme en la fría seda que acaricias, en cálida lana de bufanda, en mullida toalla o en felpa suave que viste tu click aqui.


No hay comentarios:

Publicar un comentario